Se usa, se aprende, se aplica, ¿es real?
El sentido común es una facultad humana que nos permite tomar decisiones y resolver problemas de manera práctica y razonable en la vida cotidiana, basándonos en la experiencia y en el conocimiento adquirido a lo largo del tiempo. Es una forma de sabiduría práctica que no siempre se aprende en los libros, sino que se desarrolla a través de la observación, la interacción social y la reflexión sobre nuestras propias vivencias.
El sentido común se manifiesta en la capacidad de evaluar situaciones de manera lógica y tomar decisiones sensatas sin depender excesivamente de teorías complejas o análisis detallados. Es una herramienta valiosa que nos guía en la toma de decisiones diarias, desde cuestiones simples como qué ropa ponernos en función del clima hasta decisiones más complejas como elegir un trabajo o resolver conflictos interpersonales.
Una de las características esenciales del sentido común es su universalidad. Aunque las culturas y contextos varíen, hay ciertos principios básicos que son compartidos por la mayoría de las personas. Este conocimiento compartido nos ayuda a navegar por la vida de manera más efectiva y a establecer normas y comportamientos socialmente aceptados.
No obstante, el sentido común no siempre es infalible y puede estar influenciado por prejuicios, estereotipos y creencias culturales. Además, lo que puede considerarse sentido común en una situación o cultura específica puede no serlo en otra. Es importante ser consciente de estas limitaciones y estar dispuesto a cuestionar y reevaluar nuestras percepciones y decisiones.
En resumen, el sentido común es una herramienta valiosa que nos ayuda a tomar decisiones prácticas en la vida cotidiana, basándonos en la experiencia y el conocimiento común. Aunque es una guía útil, es crucial ser consciente de sus limitaciones y estar dispuestos a adaptarnos y aprender de nuevas experiencias y perspectivas.
Hoy en día, vemos, constantemente, ejemplos de ausencia completa de sentido común formando parte de la cotidianidad, Uno de los principales obstáculos que encontramos en este sentido, es la gran importancia que le hemos dado a nuestras “necesidades”. En el siglo que nos ha tocado vivir, el siglo XXI, los valores y la visión de la realidad son cada vez más superficiales.
El sentido común es algo que todos poseemos, pero, y aquí radica la diferencia, no todos lo ponemos en práctica. Y no lo ponemos en práctica cuando, a la hora de actuar, lo hacemos más llevados por las emociones que por la inteligencia. Mucha gente, suele actuar antes de pensar, cuando debería ser al revés. Incluso para los temas más sencillos de la vida lo correcto es pensar antes de actuar.
El sentido común es uno de los mejores valores que puede tener una persona, tanto para su propio desarrollo como para su relación con los demás y su papel en la sociedad. ¡Anímate a practicarlo!